jueves, 10 de marzo de 2011

Instintos

En ocasiones, me paro a pensar en el ser humano, y me doy cuenta de lo simples que somos. Si, habrá gente que me corrija, y puede que me esté equivocando, pero yo creo que es así. Y me preguntaréis que por qué afirmo esto. La respuesta es bien sencilla: Porque aún a pesar de ser la única especia capaz de razonar de nuestro planeta, somos iguales que el resto de los animales. Nuestra vida gira totalmente alrededor de nuestros instintos. El instinto de supervivencia, el instinto sexual... Todos están presentes diariamente en nuestra vida, y es imposible dejarlos a un lado. Y al estar dominados por nuestros instintos, es fácil que lleguen a modificar nuestra forma de actuar, y con ello nuestra forma de pensar, y convertirnos en seres sin sentimientos capaces de hacer cualquier cosa. La fragilidad de la mente humana es increíble, tanto que cualquier suceso puede desencadenar la desestructuración de la mente de un individuo. Es terrible pensar en lo indefensos que estamos ante estos sucesos, pero es más terrible aún pensar en lo fácil que es que nuestros sentimientos sean modificados por cualquier suceso o ser externo. Lo único que podemos hacer es esperar, y sobrevivir, y si tenemos la suerte de poder ser como realmente somos, disfrutar de ello, y no pararnos a pensar en un por qué. Simplemente, dedicarnos a vivir.

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